No hay palabras que puedan agradecer la ayuda q me has brindado, con esa forma prudente, pero firme, siempre supiste generar en mis los cuestionamientos necesarios sobre cosas que tal vez, ni siquiera podía imaginar cuanto afectaban a mi vida.  La verdad estoy muy agradecida por todas las herramientas que he adquirido contigo, y hoy a 2 años (si no son más) sigo teniendo mis momentos de reflexión y pensando cual de todas las herramientas que aprendí contigo me ayuda a superar el inconveniente que tengo o a mejorar como persona. Hoy sé que es importante darles el tiempo a los procesos, ese tiempo que me generaba tanta ansiedad en las sesiones, pero que voy aprendiendo a manejarlo, gracias a tus herramientas. Sin duda que siempre hay cuestiones para mejorar, cosas para cuestionarnos y siempre se puede ser una mejor versión de uno mismo. Pero a veces para lograrlo necesitamos de ese otro que nos haga ver la realidad desde otra perspectiva y creo q lo lograste a la perfección (aunque la perfección no exista 😉). Hoy estoy cercana a terminar mi carrera y con un presente estupendo y sé que en gran parte es gracias a la ayuda profesional que recibí de ti, es difícil poner en palabras de forma breve todo lo que aprendí y cuánto me has ayudado, pero he intentado expresarlo de la mejor manera, siempre se puede estar bien, solo hay q buscar la ayuda pertinente cuando es necesario, y sin dudas, la calidez humana, y la confianza que generas en tus pacientes, me hace confirmar una y otra vez, que es contigo con quien se logran grandes cambios.

Cuando, gracias a la charla con una amiga, supe de la existencia de Romina, yo luchaba por salir adelante con mi dolor. Había intentado ocultarlo con trabajo y fiascos amorosos, pero me estaba ahogando. Ella, con suma paciencia, me ayudó a darle permiso a mis emociones, a aceptarme con mis claros y mis oscuros y me brindó herramientas que hoy me permiten afrontar la vida con otra mirada. Sigo cometiendo errores, pero no me angustio por ello y, sobre todo, me acepto y me quiero mucho más.

Hacer terapia con Romina Geli fue una experiencia transformadora. Desde el primer encuentro, me sentí realmente contenida: Romi ofrece un espacio seguro, empático y sin juicios, donde pude ser auténtica y explorar mis emociones con confianza. Me ayudó a entenderme mejor, a tomar decisiones con más claridad y a soltar formas de pensar que me limitaban. Gracias a su acompañamiento, desarrollé una perspectiva más flexible sobre la vida, aprendiendo a observar nuevas posibilidades. Creo sinceramente que, sea cual sea la situación difícil que estés atravesando, ella puede guiarte con sensibilidad, y también con la claridad necesaria para mostrarte lo que necesitás ver, incluso si a veces incomoda.

Agradecer que fue mi espacio seguro donde fui escuchada y respetada. Un espacio que me ayudó a crecer y a la vez me enseñó a respetarme, agradezco mucho a Romi toda esa hermosa energía que puso en mí.