Cuánto dolor se experimenta cuando vemos como el otro arruina su vida. Que frase tan devastadora. Te propongo que lo revisemos juntos.
¿Quién es “el otro”? El otro es todo ser humano que no soy YO.
YO habito mi piel. Todo lo que ocurre dentro de mi piel, mis pensamientos, mis emociones, mis creencias, mis percepciones, mi opinión, mis anhelos, mis dolores, mis decisiones (por citar algunas de mis pertenencias que forman mi Yo), son YO, la persona que soy, la que vive dentro de mi piel.
Tdo aquello que está afuera de mi piel es NO YO, es decir EL OTRO. Hay OTRO objetos y hay OTRO sujetos. Los OTRO SUJETO son los demás seres humanos, y algunos de ellos amamos. Algún otro que amo, puede decidir arruinar su vida.
¿Cómo esto se ve? A través de decisiones autodestructivas de su salud, sus finanzas, sus vínculos, su futuro. Decisiones que desde tu percepción son incorrectas. Pero recuerda, tú solo conoces (con mucho trabajo interno) lo que acontece dentro de tu piel. No sabes lo que acontece dentro de la piel del OTRO, en sus pensamientos, en sus emociones, en sus creencias, en sus percepciones, en su opinión, en sus anhelos, en sus dolores, en sus decisiones.
En este camino que es la vida, YO y OTRO nos acompañamos. Eso es todo. Yo vivo mi propio proceso, mi experiencia, el mundo según mis ojos. OTRO vive su experiencia mientras tanto. Y coincidimos a veces y otras no.
Asi como YO en el camino de mi vida cambio, mejoro, empeoro, sufro, me levanto, OTRO también cambia, también se cae, sufre y se levanta.
Nos puede tocar ser testigo de la adicción del OTRO, de su desconexión con la realidad, de su pesimismo, de su dolor por una herida expuesta, un dolor que a tu YO le quema el alma de la impotencia. Pero recuerda, no puedes hacer nada por OTRO más que acompañar como puedas, aquí y ahora, y hasta que no comprometas tu YO.
Si YO sigo a OTRO, serán dos personas heridas en lugar de una herida con compañía.
Lo mejor que puede hacer YO por OTRO, en nombre del amor, es cuidarse y acompañar.
Sé que es muy frustrante, créeme. Pero es real. Solo poner los pies en lo que es real da la esperanza de que en un futuro, YO y OTRO vuelvan a coincidir de la manera más saludable posible para ambos.